jueves, 28 de agosto de 2008

Proyecto competencia digital


Durante el próximo curso, 2008-2009, vamos a desarrollar un proyecto de investigación centrado en la integración del desarrollo de la competencia de tratamiento de la información y digital en el currículo de Historia del Mundo Contemporáneo en 1.º de Bachillerato. Así dicho probablemente muchos, especialmente los que van a ser nuestros alumnos y alumnas el próximo curso, se quedarán muy despistados. Hablando en plata, la idea es trabajar durante todo un año distintas "herramientas de comunicación on line", como blogs, mensajería instantánea, wikis, correo electrónico, foros..., con el ánimo de que cada vez nos resulte más fácil no sólo acceder a la información en Internet, sino también tratarla y elaborar conocimientos propios. La actual Sociedad de la Información cada vez nos exige más y más en este sentido en su proceso de convergencia hacia la Sociedad del Conocimiento.

Para el desarrollo del proyecto vamos a contar con varios medios donde registrar la información. Nuestros alumnos tendrán un papel de primer orden. Pero también el profesor. Uno de los instrumentos, abierto a la lectura y la participación de todos, es lo que se denomina un blog de reflexión. También publicamos ya otro medio que emplearemos para trabajar durante este próximo curso, lo que se denomina curso virtual. Durante unas semanas dejaremos el entorno de ese curso virtual, editado en la plataforma Moodle, abierto a las visitas de quienes tengan interés en conocer el diseño del proyecto, especialmente centrado en el trabajo temático de la Guerra Fría y la denominada Historia del Tiempo Presente. Este blog, además de seguir siendo el punto de encuentro de nuestros alumnos de 2.º, también será lugar donde incorporaremos contenidos y actividades de Historia de 1.º.

Ánimo a tod@s, ahora que empieza un nuevo curso, y agradecer por adelantado la colaboración prestada y que seguro que se prestará. GRACIAS.

BLOG "INVESTIGACIÓN_EN_COMPETENCIA_DIGITAL"

ENTORNO VIRTUAL MOODLE "HISTORIA_A_POR_TODAS"



lunes, 25 de agosto de 2008

Candidaturas olímpicas españolas: Barcelona (I)


De las tres ciudades españolas que han pretendido organizar los Juegos Olímpicos de verano, sólo Barcelona logró su objetivo. Fue la sede de los Juegos de 1992.

Pero el sueño olímpico de Barcelona es muy anterior. De hecho, presentó su candidatura en varias ocasiones en los años veinte y treinta, sin éxito. De hecho, en 1931 luchó contra Berlín por la organización de los Juegos de 1936, llegando a la final. De aquel periodo data, por ejemplo, la construcción primitiva del actual Estadio olímpico de Montjuic.



En plena Dictadura franquista, Barcelona tuvo que ceder su puesto a Madrid para que ésta pudiese presentar su candidatura a los Juegos de 1972. Entonces, por margen relativamente estrecho, Munich logró la designación. Ya en la Transición Democrática, el primer Ayuntamiento democrático de Barcelona, siendo alcalde Narcis Serra, elaboró un proyecto que mereció finalmente la designación de Barcelona por el Comité Olímpico Internacional (Lausana, octubre de 1986) como sede de los Juegos de 1992. Las palabras emocionadas de José Antonio Samaranch, barcelonés y entonces Presidente del Comité Olímpico Internacional, desbordaron la alegría de los habitantes de Barcelona, de Cataluña y de España en su conjunto. Entonces la rival a batir fue París, ciudad que a diferencia de Barcelona, ya había organizado los Juegos en dos ocasiones anteriores, 1900 y 1924.



¿Cuáles fueron las razones de la designación de Barcelona? Más que una, hubo varias. El contexto internacional del momento, en plena Guerra Fría, con el precedente de los boicots a los Juegos de Moscú (1980) y Los Ángeles (1984), no favorecía la designación como sede de un estado muy significado en la relación de tensión entre los dos bloques. España, además, era el único gran estado europeo occidental que no había aún organizado unos juegos, y el proyecto de Barcelona era sólido, basado en infraestructuras en parte ya realizadas y contaba con un claro apoyo institucional y popular: sorprendió sobremanera el número de voluntarios olímpicos dispuestos a trabajar altruistamente por la organización. También el factor histórico resultó favorable pues 1992 coincidía con el quinto centenario del descubrimiento de América. La candidatura barcelonesa gozó de la simpatía de los países de América Latina, el mundo árabe y, pese a la influencia superior de Francia en Europa, pudo granjearse algunos apoyos también entre los países occidentales europeos.

domingo, 24 de agosto de 2008

I Olimpiada de Economía y Empresa: reconocimiento a Dafne Melo

Siempre resulta grato felicitar a nuestros alumnos y alumnas por sus éxitos, especialmente en el caso de aquellos que ya han dejado de serlo. En este caso, nuestro reconocimiento para Dafne Melo Medeiros, una de las cinco alumnas de 2.º de Bachillerato de Canarias seleccionadas para participar en la I Olimpiada de Economía y Empresa a celebrar en Valencia el mes de junio del próximo año, 2009. Suerte.

Candidaturas olímpicas españolas: Sevilla


Sevilla, capital de la comunidad autónoma de Andalucía, ha sido candidata a la organización de los Juegos Olímpicos de los años 2004, 2008 y 2012. En los dos primeros casos fue la única ciudad española candidata, no así en 2012, donde compartió tal circunstancia con el proyecto olímpico de Madrid. De hecho, pese a que hubo algunas negociaciones entre las dos candidaturas, lo cierto es que tuvo que ser finalmente el Comité Olímpico Español quien escogiese a Madrid como candidata española. En ese caso, sucedió al similar a lo que ocurrió entre Madrid y Barcelona para la candidatura de 1972.

La candidatura de Sevilla contó con algunas fortalezas pero también con notables debilidades. Entre las primeras destacó el hecho de que la ciudad andaluza disponía de algunas infraestructuras deportivas de primer nivel, principalmente el Estadio de la Cartuja, y una buena trayectoria organizativa reciente, tanto deportiva (Mundiales de atletismo, 1999), como extradeportiva (Exposición Universal de 1992). No obstante, había inconvenientes graves: insuficiente red de transporte, clima excesivamente húmedo y cálido en verano y no tener un número de habitantes considerable que garantizase medios materiales y humanos apropiados para una organización de estas características. Tras la concesión de los Juegos de 1992 a Barcelona y el reiterado fracaso y falta de apoyo político actual de Sevilla, sólo Madrid aspira sólidamente a ser sede olímpica de los Juegos de verano en un plazo relativamente corto de tiempo.



viernes, 22 de agosto de 2008

Candidaturas olímpicas españolas: Madrid 1972



Antes de Madrid 2012 o Madrid 2016, hubo un Madrid 1972.

España, más concretamente, tres ciudades españolas -Madrid, Barcelona y Sevilla- han aspirado a organizar los Juegos Olímpicos. Sólo una lo logró tras varios intentos, Barcelona en 1992.

No debemos olvidar que la organización de un evento deportivo de estas características implica el uso de unos recursos extraordinarios que no todos los estados están en condiciones de afrontar. Además hay razones de carácter político que han potenciado determinadas candidaturas frente a otras. En ese sentido, España se vió perjudicada durante la Dictadura franquista por esta circunstancia. No obstante, Madrid aspiró con ciertas posibilidades a organizar los Juegos Olímpicos de 1972. Finalmente fue Munich, la ciudad alemana capital de Baviera, la que obtuvo la designación.

La candidatura olímpica de Madrid a 1972 fue algo polémica pues Barcelona, que había intentado sin éxito la organización de los Juegos en 1924, 1936 y 1940, parecía una opción más solvente pues disponía de mayor experiencia organizativa de grandes eventos deportivos internacionales así como mejores infraestructuras. Al final se impuso por parte del Comité Olímpico Español la candidatura de Madrid, siendo entonces alcalde Carlos Arias Navarro.

Lo realmente sorprendente de la candidatura madrileña era su debilidad y precipitada presentación. No estuvo nada claro que realmente el régimen franquista tuviese interés en ella. Ni siquiera el alcalde, Arias Navarro, asistió a la reunión final del Comité Olímpico Internacional en Roma (1966) que tomó la decisión de a qué ciudad se le encargaba los Juegos. Lo paradójico fue que la otra candidatura europea potente, Munich, pese a su alto nivel de cualificación, gozaba de la antipatía del bloque soviético que prefería Madrid como lugar de organización de los Juegos, por paradójico que parezca. Madrid también contó con el apoyo casi unánime de América Latina. Al final fue Munich la vencedora y no fueron pocos los que consideraron que si España hubiese presentado la candidatura de Barcelona, ésta hubiese tenido muchas más posibilidades de triunfo. En 1992 Barcelona cumplió su sueño olímpico y hoy todavía Madrid, una de las grandes capitales europeas, sigue sin haber organizado las Olimpiadas, si bien sus últimas candidaturas, especialmente la de Madrid 2012 ha estado cerca de ser la elegida.

jueves, 21 de agosto de 2008

Catástrofes aéreas en España y política



Hace apenas unas horas un avión MD-82 de la compañía aérea Spanair se estrellaba a poco de despegar de las pistas del aeropuerto de Madrid. Su destino era el aeropuerto de Gran Canaria. Nunca llegó. Algo más de 150 muertos, la gran mayoría de los pasajeros y la tripulación íntegra del avión, perecían en el accidente.

A fecha y momento actual, parece descartarse casi totalmente que haya sido una catástrofe producida de forma intencional. Tras el 11S y el choque de dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York, es difícil no sustraerse a la posibilidad de que nuevos atentados terroristas puedan ser las causas de los accidentes aéreos. Esa posibilidad, ¿ha sido contemplada en anteriores accidentes aéreos en España? ¿Ha habido polémica en torno a los accidentes aéreos que han afectado a España o a españoles?

Podríamos hacer una relación extensa, pero nos vamos a limitar a apuntar tres accidentes donde hubo implicaciones políticas o, al menos, se quisieron ver por parte de algunos.


En el aeropuerto de Los Rodeos de Tenerife, el día 27 de marzo de 1977 se produjo el que hasta ahora es considerado el accidente con mayor número de muertos de la Historia comercial mundial: dos aviones Boeing 747 de las compañías KLM y Pan Am chocaron en la pista en una aciega tarde de niebla muy cerrada. Hoy está demostrado de forma concluyente que el accidente se debió a fallo humano pero siempre quedará la duda de qué hubiese sucedido si dichos aviones no hubiesen operado en ese aeropuerto pues, a fin de cuentas, ése no era su destino. Horas antes, una pequeña bomba, atribuida al grupo independentista canario MPAIAC, había explotado en la terminal del aeropuerto de Gando, en Gran Canaria. Las autoridades, ante una nueva amenaza, decidieron desviar el tráfico áereo internacional al entonces pequeño aeropuerto de Los Rodeos, hoy Tenerife Norte.



También polémica provocó, en 1985 el choque de un avión de Iberia contra una antena de Euskal Telebista en el Monte Oiz, en las inmediaciones del aeropuerto de Sondica de Bilbao. En aquel momento ETA era una organización terrorista muy activa. Hubo quienes sospecharon que el avión había sufrido un atentado. Entre los fallecidos destacaba la presencia de algunos empresarios y dirigentes políticos, especialmente la de uno de los últimos ministros de Asuntos Exteriores de Franco, López-Bravo. Las investigaciones atribuyeron el siniestro a la concurrencia de varias causas, técnicas y fallo humano, y en modo alguno se demostró la posible responsabilidad de organización terrorista en el accidente.


En mayo de 2003 un avión Yak-42 se estrellaba en Turquía en el viaje de regreso de españoles destacados en una misión de paz en Afganistán. Murieron 62 militares españoles, además de la tripulación, de nacionalidad ucraniana. En este caso lo destacable fue la polémica política que se suscitó sobre la procedencia de que el Estado español contratase un servicio de estas características con una compañía ucraniana de dudosa confiabilidad. Más polémica incluso suscitó la detección de graves errores de identificación de las víctimas sobre el terreno. El tema es aún objeto de controversia judicial. Políticamente la polémica afectó al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo.

martes, 19 de agosto de 2008

Olimpiadas y política exterior española: el boicot a Moscú 1980


Hemos leído que España estuvo ausente de los Juegos Olímpicos de Berlín, 1936, y Melbourne, 1956, por razones ideológicas bastante antagónicas. Su ausencia, de hecho, fue bastante excepcional. En 1980, en el contexto de la Guerra Fría, la organización de las Olimpiadas correspondió a Moscú, capital entonces de la URSS, la superpotencia del bloque comunista. Meses antes de la celebración, el régimen soviético había apoyado la invasión de Afganistán, país de Asia Central que con este movimiento caía totalmente bajo el control de la URSS. La reacción de los estados occidentales, con EE.UU. a la cabeza, fue promover el boicot de sus deportistas a la participación en los Juegos. Algunos países siguieron estrictamente esa orientación, como los mismos EE.UU., Canadá, Alemania Federal, Japón..., entre otros. En algunos casos, aunque los gobiernos habían desaconsejado a sus deportistas la participación, de hecho sí lo hicieron, pero bajo bandera olímpica, no la bandera de su estado. Esa situación no era novedosa, pues atletas alemanes ya habían participado bajo esa fórmula en los Juegos de Helsinki de 1952.

El Gobierno de España, entonces en plena Transición Democrática y bajo la presidencia de Adolfo Suárez, apoyó el boicot olímpico, pero los deportistas españoles pudieron participar bajo bandera olímpica, como también lo hicieron atletas de otros estados como Reino Unido, Italia, Australia... Cuatro años después, fueron los países satélites de la URSS los que boicotearon la celebración de las Olimpiadas de Los Angeles, 1984. España, en esta ocasión, participó en plenitud, lógico teniendo en cuenta el alineamiento prooccidental de España en la Guerra Fría.


domingo, 17 de agosto de 2008

Olimpiadas y política exterior española: el boicot a Melbourne 1956


Desde las Olimpiadas de Berlin de 1936 la amenaza del boicot sobrevoló la celebración de casi todos los juegos olímpicos. Si en 1936 la España republicana fue uno de los pocos estados del mundo que no participó en los Juegos Olímpicos organizados por los nazis en 1936, la España de Franco también protagonizó su boicot, en este caso a los Juegos Olímpicos de Melbourne (Australia), de 1956. La razón fue la intervención soviética en Hungría, en el contexto de la Guerra Fría. La España de Franco, recién admitida en la ONU (1955) tras años de aislamiento por su participación indirecta al lado del Eje en la Segunda Guerra Mundial, ahora despuntaba por su entusiasta alineamiento anticomunista en el bloque occidental, bajo la protección de la superpotencia norteamericana. También Suiza y Holanda, por análoga causa, no participaron en Melbourne, 1956. Curiosamente, pese al aislamiento internacional de la inmediata posguerra mundial, España sí pudo estar presente en los Juegos Olímpicos de Londres, de 1948. También participó en los de Helsinki, de 1952.


En esas mismas olimpiadas, tampoco participaron por razones políticas Egipto, Líbano e Irak, en este caso por la crisis del Canal de Suez, también un conflicto de la Guerra Fría, que enfrentó al Egipto de Nasser contra Israel y sus aliados, Gran Bretaña y Francia.



miércoles, 6 de agosto de 2008

Olimpiadas y política exterior española: el boicot a Berlín 1936



En cuestión de horas se inauguran en Pekín los Juegos Olímpicos de 2008. Se trata de la mayor celebración deportiva mundial que congrega, cada cuatro años, a los mejores deportistas de casi todas las especialidades durante dos semanas cada cuatro años en una ciudad.



Los Juegos Olímpicos modernos, iniciados en 1896 en Atenas bajo la promoción del Barón de Coubertain, no han estado exentos de polémica política, normalmente asociada a las circunstancias del estado en cuya ciudad se organizan. Los de Pekín, ni mucho menos, son una excepción, en este caso jalonados por las denuncias de violación de los derechos humanos por parte del régimen comunista de la República Popular China. La reciente sublevación del Tibet, ocupado por China desde 1959, ha servido para retomar éste y otros motivos de denuncia, como la sistemática utilización de la pena de muerte, la censura informativa, la represión de las minorías étnicas, la persecución religiosa –particularmente de la Iglesia Católica-, etc. No obstante, más allá de estas polémicas, éstos no han sido unos Juegos objeto de boicot como sí lo han sido, con éxito variable, los Juegos Olímpicos de Montreal (1976), Seúl (1988) y en mayor medida, Moscú (1980) o Los Ángeles (1984).



Menos conocido es el boicot que la España republicana hizo de los Juegos Olímpicos de Berlín, celebrados en 1936. Ya en 1931 la elección no estuvo exenta de controversia pues precisamente la capital alemana se impuso a la candidatura de Barcelona. Nada que objetar, no obstante, en principio, a la candidatura alemana en un momento en el que tras la Primera Guerra Mundial el estado centroeuropeo recuperaba su protagonismo político internacional. Todo cambió, no obstante, en 1933, con la ascensión de Hitler al poder. La amenaza de que los Juegos fuesen utilizados internacionalmente por la propaganda nazi fue denunciado por varios dirigentes políticos y deportivos. Incluso se pensó seriamente en promover un cambio de sede. Nada de esto sucedió. Únicamente la España republicana boicoteó la celebración de estos Juegos, y en su sustitución, organizó las denominadas Olimpiadas Populares, en Barcelona, fuertemente politizados, en este caso por el respaldo que a su celebración le dieron organizaciones internacionales de izquierda.